Skip to content

16 cosas que rara vez te comentan sobre los psicodélicos

Es curioso cómo a menudo se habla de los psicodélicos (o enteógenos) de una forma despectiva y sesgada. Se muestran como sustancias tóxicas y peligrosas, cuando presentan riesgos mucho menores a los de muchas de las sustancias socialmente aceptadas. Sustancias que consumimos cotidianamente o incluso llegan a recetarnos médicos y psiquiatras.

No pretendo incitar al consumo irresponsable de estas sustancias. Pero considero que en muchas de las actuales dificultades psicológicas que las personas encuentran en sus vidas (duelos, adicciones, depresiones, etc.) los psicodélicos, unidos a un proceso de psicoterapia son una efectiva herramienta para el tratamiento psicológico. Con estas líneas pretendo equilibrar un poco la balanza por la cantidad de mentiras que todavía escuchamos acerca de estas sustancias.

Así que posiblemente nadie te ha mencionado alguna de estas cosas:

  1. No son alucinógenos. A pesar de que muchos los clasifican así. 

Se entiende por alucinación la percepción de cosas que no existen realmente, cosas que la persona cree ver pero no están ahí. En un principio se creyó que os psicodélicos son alucinógenos, debido al desconocimiento inicial y la falta de investgiaciones. Pero se ha comprobado que estas sustancias generan distorsiones de la información perceptiva en forma de visiones, ensoñaciones o deformaciones de la realidad. En todo momento la persona es consciente de esas distorsiones y eso es lo que la diferencia de una alucinación real. Pensar que un enteógeno te puede hacer ver «monos verdes volando» o algo por el estilo es un mito. Esto sí ocurre por ejemplo en las personas que padecen esquizofrenia o las que están dejando una adicción al alcohol (el conocido “delirium tremens”), pero se trata de experiencias completamente diferentes.

  1. A finales de los años 50 las sustancias psicodélicas se presentaban como medicamentos muy beneficiosos. Los científicos americanos más importantes del momento, contando con el apoyo económico del gobierno, realizaron más de mil investigaciones con LSD, DMT, MDMA y psilocibina a unas 40000 personas. Esto evidenció sus múltiples beneficios y muy bajos riesgos para la salud en comparación con sustancias de uso común en la sociedad. Muchas clínicas atendían exitosamente con LSD casos de fuerte adicción, trastornos depresivos y ansiedad. Incluso los famosos laboratorios farmacéuticos Sandoz distribuyeron gratuitamente LSD a psiquiatras y psicólogos para que lo investigaran. Pero casualmente el LSD fue luego el psicodélico más demonizado.
  1. En 1971 la nueva doctrina prohibicionista se extendió por todo el mundo a raíz de una convención de la ONU. Las razones para prohibir los psicodélicos tenían que ver más bien con intereses políticos y económicos que con intereses por la salud pública. Por un lado los psicodélicos amenazaban con cambiar el orden social establecido, ya que estaban impulsando todo un movimiento de liberación social (hippie). Por otro, las grandes farmacéuticas no podían competir con sustancias en su mayoría naturales, no patentables y que no precisan de largos tratamientos para obtener sus resultados. Para más inri la ciencia no encontraba explicación a las experiencias espirituales que despertaban estas sustancias, algo que a algunas élites pareció incomodarles enormemente.

Hoy sabemos que se falsearon unas pocas investigaciones y en base a estas se comenzó una campaña de desprestigio, donde el papel de los medios de comunicación fue clave. Pasaron así de ser drogas enaltecidas a ser drogas perseguidas. Un tema tabú que apenas se mencionaba en las carreras de medicina y psiquiatría, y así ha sido hasta casi finales de los años 90.

  1. Son poderosas herramientas para los neurocientíficos. El descubrimiento del LSD y la serotonina propiciaron el surgimiento de la nueva neurociencia. Los enteógenos en general, permiten conocer mejor cómo funciona el cerebro y más concretamente la conciencia. Con lo cual son una vía muy eficaz para estudiar este misterioso órgano sin usar técnicas intrusivas y es por eso que con el tiempo se han aflojado los impedimentos legales para investigarlos.
  1. Supusieron un importante impulso para la psiquiatría actual. De hecho la psiquiatría biológica, encargada de estudiar la relación entre la mente humana y el comportamiento químico del cerebro, nace a raíz de las investigación del LSD, la torazina y la serotonina. Todas ellas supusieron herramientas importantes para el avance en el estudio y la comprensión de la esquizofrenia.
  1. Las sustancias psicodélicas no siempre generan el mismo efecto. Ni siquiera en una misma persona con una misma dosis. En muchas ocasiones pueden hasta no generar efecto alguno. Esto es así porque el entorno (dónde, con quién o quién lo administra) y las condiciones personales (creencias, prejuicios, expectativas, intenciones) pueden determinar la experiencia enormemente. Esto remarca la importancia de una buena preparación, seguimiento e integración para la toma de éstas sustancias.
  1. El llamado “mal viaje” no significa que la sustancia afecte negativamente al que lo experimenta. Esta expresión en realidad se utiliza en los casos en los que la toma del enteógeno produce una vivencia de pánico, ansiedad o emociones desagradables. Y es que los psicodélicos provocan el efecto que la persona necesita y no el que se espera. Algo parecido ocurre en terapia cuando hay que transitar por emociones y temas difíciles para llegar a una liberación y posteriormente a una sanación de determinado asunto. Por todo esto no es aconsejable el uso simplemente recreativo. Se requiere de voluntad para querer verse en profundidad a uno mismo.
  1. Muchos psicodélicos pertenecen a la familia química de las triptaminas y tienen un parecido molecular casi idéntico con la serotonina o la melatonina. Todas provienen del triptófano que es un aminoácido muy presente en nuestra alimentación. Dentro de las triptaminas se encuentra el DMT (Dimetiltriptamina), la melatonina (estructuralmente casi idéntica al DMT), la serotonina, la psilocibina, la ibogaina y el 5meoDMT. 
  1. La sustancia psicodélica dimetiltriptamina (DMT) – presente en la ayahuasca- se encuentra en casi todas las plantas y animales del mundo. El organismo humano la produce también y especialmente durante la gestación, el nacimiento, la muerte y estados de meditación profunda.
  1. La DMT se comporta como si fuera una sustancia predilecta para el cerebro, comparable a la glucosa. A pesar de que el cerebro, a través de la barrera hematoencefálica, impide el acceso a gran parte de las drogas y sustancias químicas, la DMT por lo visto no solo es permitida sino además tratada por éste órgano como si fuera necesaria para su funcionamiento.
  1. Los psicodélicos demuestran tener múltiples beneficios terapéuticos. Estimulan la creatividad y se ha demostrado que aceleran la evolución del proceso de psicoterapia en múltiples casos. Para saber más sobre esto podríamos dedicar mil artículos a parte, que ten seguro que publicaré por aquí proximamente.
  1. Los psicodélicos tuvieron un papel decisivo en la evolución humana. Su consumo puede haberse originado antes de la aparición del homo sapiens. Las investigaciones antropológicas muestran que el consumo en la dieta de alcaloides de los compuestos como la psilocibina, la DMT y la harmalina en la dieta de los proto-sapiens, podrían haber propiciado el surgimiento de la consciencia, es decir la capacidad de reflexión del ser humano. Con esto se sugiere que los psicodélicos pudieron incidir en el ADN humano, resultando así en un enorme cambio evolutivo.
  1. Se han utilizado por parte de todas las culturas: proponen que la capacidad del lenguaje, se desarrolló a partir de la aparición y las asociaciones de los sonidos emitidos por los primeros homínidos, potenciados mediante sustancias psicodélicas. Su uso se demuestra a partir del año 3500ac en diversas localizaciones del planeta. En la zona de la selva amazónica el DMT (ayahuasca); en las culturas nativas de Estados Unidos la mescalina a través del peyote; En México las setas o Psilocibe;  el 5meoDMT a través del Yopo (Anadenanthera peregrina) en Sudamérica, la Amanita Muscaria (soma) en la India védica; el cornezuelo (Claviceps purpurea y farmacológicamente relacionado con el LSD) en la Antigua Grecia; la Ibogaina (Iboga) por las culturas africanas; y finalmente la Salvia divinorum, además de otras variedades de hongos psilocibios, en las culturas europeas. 
  1. Las experiencias con psicodélicos parecen relacionarse con el origen de casi todas las religiones del mundo. Son muchas las teorías que sitúan las experiencias con psicodélicos como el principio de las diversas religiones y tradiciones espirituales. Y cada vez existen más evidencias de ello. Se afirma que la ingestión accidental de una seta psilocibia, supuso la primera experiencia espiritual del ser humano y esto propició el surgimiento del concepto de divinidad. Además, por lo visto las sociedades se valían de sustancias psicodélicas para alimentar la solidaridad social, ayudar en la curación de enfermedades e inspirar la creatividad artística y espiritual. Aunque con el tiempo han cambiado las cosas y se ha hecho política de lo que en origen fueron experiencias místicas reales, psicodélicos y religión han ido de la mano desde el principio, algo que se cita claramente en diversos antiguos textos religiosos.
  1. No son adictivas: al contrario de lo que se piensa, no se ha demostrado que provoquen adicción. Algunas hasta se consideran “antiadictivas” como el LSD, la psilocibina y la Salvia Divinorum. Esto quiere decir que las personas cada vez sienten menos ganas de consumirlas.
  1. La nuez moscada es un enteógeno. Aunque parezca increíble, esta especia que casi todos tenemos en casa y queda tan bien en el puré o la bechamel es, a partir de 10 gramos generadora de un estado psicodélico que puede durar entre 24 y 36 horas. Su consumo no se ha generalizado debido a su larga durabilidad y a que la dosis psicoactiva está muy próxima a la dosis que genera síntomas de toxicidad. 

Con todo lo dicho, por favor no te atrevas a experimentar por tu cuenta con estas sustancias, y mucho menos con las que son ilegales (que no todas lo son). Pienso que son herramientas muy útiles si se consumen en condiciones y acompañadas de profesionales expertos.

Si verdaderamente sientes ganas de tomarlas, te sugiero que te asesores debidamente y te apoyes en aquellos que las conocen. En mi opinión lo ideal es recibir un buen acompañamiento psicoterapéutico antes, durante y después de la toma. 

No he hablado aquí de los riesgos de su consumo, que al contrario de lo que se cree en la mayoría de sustancias psicodélicas no son precisamente la adicción o la muerte, pero sí que los hay.  Para saber más sobre esto dedicaré un artículo futuro más específico.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

FADIMAN. J. (2011). The Psichedelic Explorer’s Guide. Safe, Therapeutic, and Sacred Journeys. Park Street Press. 2011.

GONZÁLEZ. P. (et al.). (2017).Un libro sobre drogas. El gato y la caja.

LEHOUX. N. (2011). El maestro psicodélico. Editorial Iubire.

MCKENNA. T. (1992).El manjar de los dioses. Ediciones Paidós.

NARBY. J. (1997). La serpiente cósmica. El ADN y los orígenes del saber. Apus graph ediciones.

STRASSMAN.R. (2001). DMT: La molécula del espíritu. Park Street Press.

3 Comentarios


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Send this to a friend